Las cinco visitas de Juan Pablo II a México

TVT | Redacción digital
La primera visita papal por tierra azteca
Juan Pablo II realizó el primer viaje de su pontificado a México, a sólo tres meses de haber sido designado el líder de la Iglesia católica.
El 26 de enero de 1979, el papa Juan Pablo II llegó al país para una visita de seis días con motivo de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que se celebró en la ciudad de Puebla.
Durante su estancia en el país también visitó la Ciudad de México, Oaxaca, Jalisco y Nuevo León.
Juan Pablo II fue recibido por el entonces presidente José López Portillo, quien lo trató como “distinguido visitante” y no como jefe de Estado, debido a que no había relaciones diplomáticas con el Vaticano, las cuales se establecerían hasta 1992.
Beatificación de Juan Diego y visita a Tabasco, en el marco del segundo viaje a México
Después de 11 años, Juan Pablo II regresó a México el 6 de mayo de 1990. En su discurso de bienvenida, el Papa dijo que su primera visita al país “marcó realmente mi pontificado haciéndome sentir la vocación de Papa peregrino”.
Su acto más representativo fue la beatificación de Juan Diego en la Basílica de Guadalupe.
Durante su homilía en la Basílica de Guadalupe, la papa Juan Pablo dijo: “Me siento particularmente feliz al poder comenzar mi segunda visita pastoral a México desde este lugar sagrado, hacia el cual dirigen sus miradas y sus corazones todos los hijos de la patria mexicana, dondequiera que estén.
“Quiero que el saludo entrañable del Papa llegue a todos los rincones, al corazón de todos los mexicanos para darles afecto, alegría, ánimos para superar las dificultades y para seguir construyendo una sociedad nueva”.
Además de la Ciudad de México, el Papa visitó Veracruz, Aguascalientes, Durango, Nuevo León, Tabasco, Zacatecas y Chiapas.
En esa ocasión fue recibido por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.
El tercer viaje y la visita a visita a Yucatán
El 11 de agosto de 1993, el Juan Pablo II regresó por tercera vez a México para rendir un homenaje a los pueblos indígenas de América.
En Mérida, Yucatán, el Papa fue recibido por el presidente Carlos Salinas de Gortari.
Tres meses antes de la visita del pontífice, el 24 de mayo, fue asesinado el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, obispo de Guadalajara.
En su discurso de bienvenida, Juan Pablo II se refirió al hecho:
“En esta circunstancia, no puedo por menos de dedicar un recuerdo emocionado a otro benemérito pastor, que hoy habría estado aquí presente entre nosotros si la bárbara e injustificable violencia no hubiera segado su vida: el Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, Arzobispo de Guadalajara”.
Entre las actividades de Juan Pablo II en su tercera visita, destacan una misa especial en Izamal en la que llamó las agencias de seguridad social del continente a ayudar que la población indígena tenga una vida más justa y digna.
Cuarto viaje a México y primera visita como un jefe de Estado
En 1999, Juan Pablo II realizó su primera visita a México en calidad de Jefe de Estado.
El 22 de enero de ese año, Juan Pablo II fue recibido por el presidente Ernesto Zedillo.
“El Papa Juan Pablo II ha reconfortado nuestros hogares y ha quedado presente en el corazón de los mexicanos.
“Su mensaje de paz y concordia ha traído aliento a las mujeres, a los jóvenes y a los niños; ha dado dicha a los ancianos; ha brindado consuelo a los enfermos, ánimo a los migrantes y refugiados, esperanza a los marginados”, dijo Ernesto Zedillo durante la ceremonia de despedida del pontífice, el 26 de enero de 1999.
Durante su estancia, sostuvo dos encuentros multitudinarios, uno en el Estadio Azteca y otro en el Autódromo Hermanos Rodríguez, en el que se llevó a cabo un Encuentro con los Representantes de todas las Generaciones del Siglo.
En esta visita proclamó el 12 de diciembre como la fiesta de América.
La canonización de Juan Diego en tiempos de la primera alternancia política en México
En su quinta y última visita al país, el 2 de agosto de 2002, Juan Pablo II fue recibido por el presidente Vicente Fox.
Su visita fue para la canonización de Juan Diego en la Basílica de Guadalupe y la beatificación de los mártires oaxaqueños Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles.
En esa quinta visita, el pontífice inmortalizó la frase “México siempre fiel”, misma que repitió varias veces durante el mensaje a su llegada al hangar presidencial.
Fuente: Milenio